
A través del conocimiento profundo de la genealogía, descubrimos los programas, creencias y patrones que se transmiten de generación en generación, condicionando nuestra salud física y emocional. Esta comprensión nos brinda la posibilidad de liberar bloqueos heredados, sanar heridas ancestrales y transformar la historia familiar para crear un presente más consciente y armonioso.
La enfermedad es la expresión biológica de un conflicto no resuelto en el psiquismo.
El 95% de nuestro accionar proviene del inconsciente y es aquí donde está la fuerza de lo heredado en forma de pensamiento y acción.
El conflicto se somatiza en el cuerpo físico para poder ser visto y resuelto.
Y eso implica un cambio de perspectiva de la realidad y una nueva forma de pensar lo que nos pasa.
Solo haciendo consciente lo inconsciente podremos elegir qué hacer con lo que nos pasa.
Todos somos Espíritu Universal y también somos alma individual que encarna en un cuerpo, tiempo, lugar y sistema determinado para realizar el viaje de evolución.
Gran parte de nuestros movimientos provienen de las memorias ancestrales que están en afinidad a nuestro aprendizaje en esta vida, y en esa lealtad continuamos repitiendo, generación tras. generación generando los mismos resultados.
Por esto es necesario tomar conciencia de esto si deseamos soltarnos de los lazos invisibles que frenan o impiden nuestra realización individual.
Podría decirse que en ocasiones estamos “poseídos” por nuestras familias. Hemos sido programados desde la vida intrauterina por nuestros padres y sistema familiar y cultural. Así se conformó el psiquismo del individuo y comenzó la experiencia que es nuestra vida en este plano terrenal. Es imprescindible desatar esos “nudos” con el pasado para liberarnos de las cargas que no nos corresponden. El árbol está vivo dentro de nosotros. Yo soy el árbol. Yo soy toda mi familia. Nadie tiene problemas individuales porque toda la familia está siempre en juego. El inconsciente familiar existe. Desde el mismo momento en que el Ser toma conciencia de algo, hace que todos los suyos también la tomen. Si hacemos esta toma de conciencia del origen de nuestros conflictos y realizamos los cambios necesarios, todo el árbol se purifica.
El resultado será la libertad de poder volver a elegir conscientemente el camino que nos corresponde espiritualmente para realizar nuestro propósito de vida y disfrutar de este regalo que nos ha sido dado el milagro de vivir en paz y armonía con uno mismo y con todo lo que nos rodea.
Todos somos miembros de una familia y estamos ligados por profundos lazos de amor y lealtad. En muchos casos estos lazos de amor, que tiene como propósito llevarnos a la felicidad, se bloquea en su fluir, se cristaliza y el miedo, la desdicha e incluso enfermedad pueden manifestarse. Una vibración amorosa, que reconcilia, expande y sana, es lo que sucede en esta sesión de Sanación Ancestral.
El estudio del árbol familiar es una herramienta poderosa que nos permite descubrir el origen de muchos bloqueos emocionales y mentales que llevamos en nuestra vida.
Las lealtades familiares son acuerdos invisibles que nos llevan a continuar las formas de pensamiento y acción de nuestros antepasados, con el único fin de seguir vivo. El árbol familiar extiende sus raíces a la siguiente generación y así nos encontramos repitiendo las mismas historias de los que nos precedieron.
Sin ser conscientes de esto, vamos por la vida haciendo lo mismo que hicieron nuestros ancestros.
El punto es que lo que ellos no han resuelto es un trauma o carga para nosotros, y es necesario soltar esta repetición para liberarlos a ellos y a nosotros mismos.
Mediante el análisis transgeneracional podemos reconocer y soltar esas lealtades para avanzar en nuestra propia vida y liberar a las futuras generaciones de la repetición.
Es un acto de amor que merece ser realizado para honrar y agradecer a quienes nos dieron la oportunidad de encarnar en esta vida.
Este secreto enterrado se transmite inconscientemente de generación en generación, afectando a quienes más amamos. Llevamos en nuestro inconsciente las historias de nuestros antepasados, somatizamos sus dolores y repetimos sus patrones, porque somos quienes tenemos la madurez para sanar esas heridas.
Este camino es un acto de amor profundo, una oportunidad para liberar a nuestro clan y permitir la evolución auténtica del Ser.
Si sientes que repites patrones que no comprendes o cargas con dificultades invisibles, te invito a dar el primer paso hacia la sanación ancestral. Juntos podemos transformar tu historia y abrir el camino hacia una vida más plena y libre.
